El cebollino, una hierba antigua con un sabor delicado, contiene una cantidad abundante de vitamina A en forma de betacaroteno. La quercetina y la vitamina K son los dos antioxidantes principales que se encuentran en las cebolletas. La quercetina y otros flavonoides pueden ayudar a prevenir los cánceres de mama, colon, próstata, ovarios, endometrio y pulmones. Además de estos, las cebolletas también contienen carotenos, zeaxantina y luteína, que pueden ayudar a proteger contra el cáncer de pulmón y oral. Los numerosos fitoquímicos en las cebolletas pueden estimular su sistema inmunológico. Las cebolletas también contienen selenio en pequeñas cantidades, que es otro mineral importante que fortalece la inmunidad. Las células inmunitarias deficientes en selenio pueden tener dificultades para producir proteínas y transportar calcio.
Las cebolletas también pueden estimular las células T.